Escribir la historia de una persona conlleva mencionar a aquellas otras personas que se encontró en el camino, porque forman parte de los datos que ayudarán a darle verosimilitud al relato. Esto puede sonar un tanto complejo, y hacerlo puede que lo sea pero entenderlo no, es más bien sencillo, una persona casi nunca está sola en la vida, y si se hablará de ella es inevitable mencionar a los que estuvieron a su lado.
Los personajes pueden ser principales o secundarios, esto se define conforme a la importancia que tendrán para el protagonista. Resulta evidente que es importante conocer más a los principales que a los secundarios, pero estos últimos tienen un papel preponderante en la historia y necesitan ser tratados conforme a esto.
Su importancia
¿Por qué es necesario hablar sobre los personajes secundarios? Porque le dan sentido a la historia. Con un ejemplo: Eduardo era un hombre con serios problemas de conducta, la razón, viene de un hogar disfuncional, con un padre que golpeaba constantemente a su madre y ésta, a su vez, no le prestaba demasiada atención a él al estar preocupada en sus propios problemas, creció prácticamente solo.
Si de lo dicho anteriormente se elimina la información referente a la familia de Eduardo será más complicado entender el porqué de su comportamiento, quedaría más o menos así “viene de un hogar disfuncional”, y varios cabos sueltos ¿Qué tipo de hogar? ¿Vivía con sus padres o lo crió otro familiar? ¿A qué hace referencia exactamente el término “disfuncional” dentro de esta historia? Y así, una larga lista de preguntas que se pueden evitar tan sólo con aportar datos sobre otras personas que influyeron en la vida del protagonista de la historia.
El protagonista no está solo
El protagonista se relaciona con otras personas, que le hacen más fácil o difícil su camino, y dependiendo de su importancia se clasifican entre principales y secundarios, como se mencionó más arriba. A continuación se presentan una serie de consejos válidos para los dos grupos:
Quiénes son
Los personajes secundarios son aquellos que acompañan al protagonista en un momento determinado, que tienen una relevancia menor en su vida pero que aun así mantienen cierta influencia. Dependiendo del grado de importancia que tengan para la historia y la frecuencia con la que aparezcan, sus personalidades y detalles sobre ellos y sus vidas deben ser más o menos definidas.
Por ejemplo, y tomando de nuevo la historia de Eduardo, sus padres definieron su personalidad esquiva, pero con solo unos datos sobre ellos y si lo único trascendente que hicieron para la historia fue maltratar y dejar de lado al joven, no será necesario entonces hablar más sobre ellos, sus vidas, sus formas de ser y cualquier otro detalle.
Sus características
Los padres de Eduardo tienen una característica bastante específica: su padre es un hombre agresivo que no piensa ni en su esposa ni en sus hijos, su esposa, por su parte, es una mujer incapaz de abandonar un lugar en el que sufre y no piensa en nadie más que no sea ella.
Esas personas sólo aparecerán una vez en el relato y sin embargo, tienen aspectos muy importantes para entenderlos y bastante diferenciados, no son unos padres más bien ‘genéricos’. Esto debe pasar con todos los personajes, si los que aparecen poco tienen personalidad los que tienen un papel preponderante a lo largo de la historia deberían estar mucho más y mejor definidos.
Algo que les diferencie
Normalmente, cuando se quiere hacer resaltar a un personaje secundario en el relato se le da un don, una característica, un talento, algo que le haga ser diferente al resto de los que aparecen en la historia, de manera que los lectores tengan más fácil la tarea de recordarlos, aunque tengan apariciones cortas o esporádicas. Se da el caso de esos personajes que se ven poco en una parte y a medida que se desarrollan los hechos van ganando importancia, para hacerlos resaltar se le puede dar algo que los haga particulares.
Historia y personalidad
Así como Eduardo salió de un lugar, sus amigos, enemigos y todos los que estén bastante presentes a lo largo de sus aventuras deberían haber salido de algún lugar, y conocerlos puede llegar a ser incluso bastante interesante para los lectores, eso depende claro está, de las capacidades del autor por darle vida a sus personajes secundarios.
Un personaje secundario no debería estar tan definido y explicado como el principal, pero los relatos que tienen varias historias, que tienen bastantes detalles expresados de forma armónica son muy ricos e interesantes, así que no está de más conocer a los personajes secundarios, todo en su grado de importancia, por ejemplo, los lectores están muy interesados en conocer aspectos de la vida de la que pudiera ser la pareja de Eduardo, caso contrario pasaría con la vida del hombre que le vendió el periódico.
El tratamiento
Cuando se escribe una historia siempre se recomienda describir, fuera del texto principal a todos los que intervienen en la historia, darles una personalidad, un pasado, un aspecto físico, que cada uno tenga una vida propia e independiente del resto, y luego ir introduciéndolos en el relato y conforme sea necesario revelar detalles sobre sus vidas que permitirán conocerlos mejor y entender sus formas y maneras.
Además, en la mente del autor, se puede ir definiendo la manera en la que se conocieron, se vieron, cómo nació el odio, el amor, e irlos conectando a todos con el protagonista.
Nadie es perfecto
Ningún personaje en el libro debería dejar de tener debilidades, todas las personas tienen sus carencias y conviene que estas salgan a relucir en la historia, es una forma de hacerlos más cercanos a los lectores, de humanizarlos, de hacerlos más reales.