Hoy en “Aprender a Escribir” vamos a dar el remate final a la hoja de personaje que retomamos la semana pasada. El concepto que vamos a abordar como último elemento a consignar es el del contexto previo del personaje o antecedentes.
Cuando tratamos los escenarios ya realizamos comentarios acerca del contexto, en concreto de lo que denominamos como historia previa del escenario, que integraba los diferentes acontecimientos sucedidos antes del inicio de la propia narración y que habían definido de una forma u otra la naturaleza del escenario y su propia existencia.
En los personajes también sucede un proceso similar. En la mayoría de novelas la historia o los hechos importantes comienzan cuando un personaje ya es adulto, o al menos cuando tiene consciencia de sí mismo, por lo que existirá una gran porción de la vida de ese personaje que desconoceremos al no habérsenos mostrado en su totalidad, ya sea infancia, adolescencia, temprana madurez, últimos años… Pero aunque estas etapas de la vida del personaje se omitan, su personalidad o su situación actual van a depender en mayor o menor medida de ese contexto anterior.
Incluso aunque una novela comience con el propio nacimiento del personaje protagonista, también existiría un contexto establecido por todos los eventos acaecidos antes de ese momento y que establecen el modo de vivir y las condiciones que influyen en el punto de partida del personaje.
Por lo tanto, cuando hablamos de contexto de un personaje nos referimos a dos vertientes: por un lado el contexto previo vital, las vivencias que ha experimentado en su vida antes de los hechos concretos tratados en la novela; y por otro lado el contexto previo general, las circunstancias sociales, económicas e históricas que influyen en el personaje y que pueden venir impuestas incluso desde mucho antes de su propia existencia.
Contexto del personaje: expuesto, presupuesto u omitido
Un contexto previo puede ser expuesto, presupuesto u omitido.
Un contexto expuesto es aquel que directamente se muestra al lector durante la narración. Un ejemplo sucede en el caso de la novela “Oliver Twist” cuyo hilo argumental de verdadero interés comienza en el momento en el que el protagonista, el joven hambriento y desamparado Oliver, llega al Londres miserable donde vivió el propio Dickens. Pero antes de que esto ocurra, Dickens dedica varios capítulos a exponer el contexto previo del muchacho explicando brevemente las circunstancias bajo las que Oliver nació, quedó huérfano, vivió en un orfanato y terminó dejando la institución hasta llegar a la capital del Támesis.
Un contexto presupuesto es aquel que no se nos describe en un primer momento, o se hace parcialmente, y que el lector es capaz de comprender al completo por los conceptos asociados a la información aportada. Por ejemplo, en “Las uvas de la ira”, el personaje de Tom Joad es recogido en la autopista por un camionero que, tan pronto retoma la marcha, comienza a interrogar al joven con curiosidad sobre su lugar de procedencia. Sorprendentemente, Tom decide confesarle al camionero sin tapujos que acaba de salir de la cárcel del condado tras haber cumplido una pena de homicidio. Al lector no se le explica cómo ni por qué cometió homicidio Tom, ni cómo ha experimentado todos esos años de estancia en la cárcel, pero no es difícil conjeturar que esta experiencia habrá afectado al carácter de Tom y que va a influir en el desarrollo de la historia que acaba de comenzar.
Un contexto omitido es aquel que todavía no se nos ha ofrecido y que es lo suficientemente opaco como para que no podamos deducirlo sin la ayuda de una revelación concedida por un personaje o el propio narrador a lo largo de la novela. El lector sabe que algo se está ocultando, incluso puede contar con alguna pista al respecto, pero el contenido se mantiene en secreto para ser desvelado justo en el momento propicio. Un ejemplo de esto sería la identidad de la madre de Jon Nieve, personaje de “Juego de Tronos”, que se oculta aduciéndose razones de respeto al honor familiar de Ned Stark, el noble del que es hijo ilegítimo. Pero resulta obvio para el lector que lo que se puede estar enmascarando en realidad es una verdad de gran calado.
Funciones del contexto
Ahora que ya sabemos de qué manera se puede presentar el contexto previo de un personaje, podemos enumerar qué funciones y objetivos podemos perseguir al utilizar dicho contexto, algunos ya esbozados en el apartado anterior.
a) El contexto motiva el relato. Es el caso de “El Señor de los Anillos”. El Anillo Único que Frodo debe destruir es una herencia recibida por su tío, Bilbo, y ambos no son conscientes de que la joya perteneció al señor oscuro Sauron, que lo forjó muchos siglos antes y que lo perdió tras las guerras contra los hombres de Gondor y los elfos de Lindon. Ahora Sauron busca de nuevo el Único y los protagonistas ven caer sobre ellos el peso y la responsabilidad de siglos de historia que les preceden.
b) El contexto establece las reglas del relato. Es el caso de “1984”. El protagonista, Winston Smith, vive subyugado junto al resto de los miembros de la sociedad por el régimen totalitario del INGSOC, que gobierna en Londres desde hace años y que nadie cuestiona, donde no existen las libertades, los individuos son forzados a adorar al Gran Hermano y deben aceptar el ser vigilados y controlados hasta en sus propios hogares.
c) El contexto determina el punto de partida y el entorno del personaje. Es el caso de Oliver Twist, abocado a una vida de miseria y hambre por ser huérfano y haber vivido sin la protección y guía de unos padres o un tutor, totalmente desamparado en una sociedad donde las diferencias por nacimiento eran extremas.
d) El contexto esconde un trauma que lastra al personaje. Normalmente se trata de un evento o una decisión del pasado con consecuencias nefastas que todavía pesan sobre su conciencia. Muchas veces la historia trata en gran parte sobre la superación de este trauma y la liberación del personaje con respecto a esa carga. Es algo que ocurre a Harry Potter, que crece sabiendo que el mago oscuro Voldemort ejecutó a sus padres e intentó acabar con su propia vida cuando no era más que un recién nacido. El sentimiento de culpabilidad y de pérdida van a ser una constante en Harry durante toda su trayectoria hasta que se vea las caras con lord Voldemort.
e) El contexto esconde información valiosa. Como hemos comentado en el caso del contexto omitido, pueden ocultarse datos del pasado muy relevantes para la comprensión de la historia presente o para los intereses de un personaje. El autor, a medida que se desarrolla la narración, va soltando cápsulas de información que vayan desentrañando el enigma hasta llegar a la revelación final. Este contexto forma parte de los grandes giros y vuelcos que ocurren en la narración.
Recapitulando: La perfecta hoja de un personaje
Llegado a este punto solo nos queda realizar un resumen recordatorio que recoja todos los aspectos básicos que deben incluirse en una hoja de personaje:
a) Datos personales: nombre, sexo, edad, nacionalidad, raza, profesión, etc.
b) Rol del personaje: papel que va a ejercer dentro de la historia en términos narrativos. Este epígrafe fue tratado en “Aprender a escribir XV: El rol del personaje”.
c) Descripción física: su aspecto externo y propia imagen que lo distingue de sus semejantes en términos físicos. Este epígrafe fue tratado en “Aprender a escribir XVI: La descripción física”.
d) Personalidad: las normas de comportamiento y actuación que asume el personaje para sí y que tienen que ver con sus ideas y forma de ver el mundo, constituyéndose como individuo. Este epígrafe fue tratado en “Aprender a escribir XII: Construyendo personajes I” y “Aprender a escribir XIII: Construyendo personajes II”.
e) Hábitos, maneras y gestos: las pequeñas acciones y costumbres que terminan por diferenciar y enriquecer al personaje. Este epígrafe fue tratado en “Aprender a escribir XXXII: Hábitos, gestos y maneras”.
f) Contexto: epígrafe del que trata la presente entrada.
g) Conflictos internos y externos del personaje: los problemas y objetivos que afronta el personaje en la historia. Lo que busca y lo que le impide hallar lo que busca. Este epígrafe fue tratado en “Aprender a escribir III: El conflicto”.
Con esta referencia encontrarás rápidamente el artículo relativo a cada uno de los distintos apartados, además de ofrecerte una visión de conjunto de la hoja de personaje.
Por último, no olvides que eres completamente libre para añadir nuevos apartados y crear tu propio diseño de una hoja de personaje para la mejor gestión de los mismos. Los puntos que hemos tratado en “Aprender a escribir” a lo largo de todas estas entradas son aquellos imprescindibles y elementales. Pero tú puedes crear aquellos que necesites.
Como siempre, espero que te haya resultado de utilidad esta información y que puedas implementarla en tus relatos en sttorybox.com.