¡Ah: los magos! Que personajes tan encantadores y únicos en toda obra de literatura fantástica. Los hay tanto buenos como malvados y en nuestros tiempos modernos han ido popularizándose enormemente tras la llegada de las películas de sagas como El Señor de los Anillos, Harry Potter, o la serie televisia, Juegos de Tronos. Claro, la imagen típica que tenemos de estos magos, dista mucho de ese que solemos ver en televisión, con cuya varita mágica puede extraer de su sombrero de copa desde un pájaro hasta un conejo. ¡No! Estos magos se caracterizan por tener barba blanca, un sombrero, su respectiva varita y en la mayoría de los casos su propio bastón. Sin embargo, dicha imagen tradicional ha ido cambiando y se han presentado un nuevo perfil mucho más encantador y original. He aquí un resumen de los mejores magos de la literatura universal.
Merlin
Este es sin duda uno de los magos más famosos de la literatura universal. Es mucho lo que se ha escrito en torno a la figura de este mago, tantos libros que incluso se han rodado películas a su nombre. Es tan famoso que se pone en duda de si realmente existió. Según las leyendas, este mago fue engendrado por un espíritu perverso que embarazó a una monja. Merlín, era un experto en encantamientos, pócimas y transformaciones. Además de su enorme sabiduría, fue el padre adoptivo del Rey Arturo, a quien cuidó desde que era un bebe de brazos.
Gandalf
Igual que Merlín, Gandalf es un mago experto en hierbas y sensible a los malos espíritus. Suele llevar un bastón, tiene la facilidad de comunicarse con los animales y rinde obediencia a Galadriel, una elfo avanzada en las artes mágicas. Al principio de la saga de El Señor de los Anillos, es denominado como Gandalf, el gris. Pero después logra obtener un ascenso, catalogándose a sí mismo como Gandalf, el blanco.
Sauron
También proveniente del universo de J. R. R. Tolkien, este es uno de los magos oscuros más tenebrosos. Se le ve como un nigromante de un corazón totalmente perverso que a lo largo de las tres entregas se hace referencia como un poder que ni siquiera debe mencionarse. Fue quien forjó los anillos con los cuales dominar la Tierra Media. A medida que leemos la obra, es fácil llevarnos la impresión morbosa de su casi condición omnipresente, la cual se manifiesta no como una persona sino como una torre con un ojo realmente tenebroso.
Dumbledore
J. K. Rowling creó en la saga literaria de Harry Potter, a uno de los directores más famosos del colegio de magia y hechicería Hogwarts. Se trata de un mago muy versátil, que inspira una autoridad única y un miedo maternal que refleja el gran respeto que merece. Aparte de tener una edad que sobrepasa a un siglo de años, Dumbledore es un personaje de una gran sabiduría, muy versado en el conocimiento de las artes oscuras y propietario de Fawkes, un ave fénix que permanece en su oficina.
De acuerdo a la obra de Rowling, el mismo Voldemort siente miedo de luchar contra este hombre cuyo aspecto de anciano nos haría dudar de sus poderes. Curiosamente este admirable mago llega a decir en cierto momento que Voldemort es el mago más peligroso de la historia.
Rincewind
Proveniente del universo Mundodisco, del escritor inglés Terry Prachet, este es un mago totalmente singular y cómico. Se trata de un mago fracasado, en nivel 0, que perdió todos los cursos de la Universidad Invisible. Lo curioso es que a pesar de todo siempre anda escapando de personas que desean matarlo y para librarse de ellos cuenta con un baúl con patas que camina tras él como si fuera una mascota. Su aspecto como mago también es singular, ya que es joven y delgado. Tiene alrededor de 33 años y su mayor habilidad es aprender con facilidad los idiomas del universo de Mundodisco.
Los Reyes Magos
Quizá un poco alejado del concepto tradicional de los magos ya descritos aquí y considerando que La Biblia es uno de los libros más famosos de la literatura universal, no se podía descartar a Melchor, Gaspar y Baltasar. Los tres Reyes Magos, se guiaron bajo el alumbramiento de una estrella en el cielo para llegar a la cuna en donde nació Jesús, a quien ofrecieron incensó, mirra y oro para celebrar su venida al mundo.