La semana pasada dedicamos la lectura de verano a uno de los géneros de mayor difusión en el mercado literario, la novela policíaca. Hoy llega el turno para otra de las grandes categorías dignas de una recomendación en esta serie de sugerencias para el periodo estival. Se trata del género de ciencia ficción, y en concreto de uno de sus títulos más emblemáticos: la “Trilogía de la Fundación”, escrita por Isaac Asimov.
La conquista del espacio es la última frontera que al ser humano le queda por superar. Viajar mucho más allá de la órbita de la Tierra hasta alcanzar el corazón de otros sistemas es el horizonte sobre el que la raza humana tiene puesto el pensamiento. Supondría la superación de todos sus límites, la cúspide de su evolución y la emancipación como especie del mundo sobre el que se produjo su génesis. Es por esto que la colonización del universo por parte de los hombres siempre ha atraído la atención de autores y creadores. El tan vasto como extremadamente hostil vacío espacial es el entorno apropiado en el que situar mundos imaginarios hechos a su medida, incluso con reglas físicas propias diferentes a las que rigen en la Tierra, con sociedades provistas de valores, historia y preocupaciones diferentes debido a que se desarrollan en un ambiente libre de las imposiciones intrínsecas del ambiente terrícola.
“Trilogía Fundación”, Isaac Asimov
La “Trilogía Fundación” versa en parte sobre todo esto, sobre cómo las sociedades brotan y evolucionan a lo largo de los siglos en función de los elementos que las rodean y que intervienen en su universo particular.
“Fundación” es el primer volumen que abre la trilogía. La historia nos sitúa en un futuro realmente lejano donde la humanidad ha materializado la conquista de la galaxia mediante la expansión de un Imperio que rige sobre todos los hombres. Trántor es el planeta capital del Imperio desde el que se gobiernan incontables sistemas planetarios y miles de millones de vidas. El planeta completo es una gran urbe repleta de edificios de metal enormes y prodigiosos. El Imperio parece haber alcanzado el súmmum de la prosperidad y el desarrollo, siendo Trántor un lugar donde la ciencia y la tecnología alcanzan cotas inigualables.
Pero entre todos los habitantes del Imperio se alza una voz escéptica. Hari Seldon, un matemático, piensa que la caída del Imperio está a la vuelta de la esquina. Seldon es un seguidor de la Psicohistoria, una disciplina que predica que puede predecirse el devenir de sociedades compuestas por millones de individuos a partir de un conocimiento exhaustivo de la historia y de datos estadísticos y matemáticos. Aplicando los conocimientos y teoremas de la Psicohistoria, Seldon estima que ha llegado el momento exacto en el que el Imperio sucumbirá para dar paso a 30.000 años de barbarie y oscuridad.
Para atenuar el desastre, Seldon solicita a las autoridades imperiales que se le permita establecer una colonia sobre un planeta situado en los bordes exteriores del Imperio. La misión de este asentamiento será salvaguardar el conocimiento científico y tecnológico conseguido por la raza humana mediante la redacción y mantenimiento de una enciclopedia del saber. Seldon afirma que la existencia de esta colonia, a la que llamará Fundación, no evitará que el Imperio desaparezca, pero sí que el periodo de barbarie posterior a su final se reduzca de 30.000 a 1.000 años, consiguiendo así que el trance para la humanidad sea mucho menor.
El Plan de Seldon
Consciente de que no podrá vivir durante los 1.000 años de travesía por el desierto que aguardan a la Fundación, Seldon lega una serie de grabaciones con nociones para guiar a las generaciones venideras. Cada grabación está programada para ser ejecutada cada vez que los descendientes de la Fundación superan algún momento crítico en su historia previsto dentro del llamado Plan de Seldon. Cada grabación notifica a los habitantes de la colonia si se están desviando del plan previsto y aportará alguna pista para superar la siguiente crisis que está por llegar.
Las grabaciones y predicciones de Seldon deben permanecer en secreto hasta llegar la fecha correspondiente, puesto que uno de los preceptos básicos de la Psicohistoria es que los sujetos objeto de una predicción deben desconocer los pronósticos sobre su probable destino, puesto que disponer del conocimiento sobre el futuro que espera a una sociedad cercena el comportamiento espontáneo y natural de sus individuos, aumentando así el riesgo de que el Plan no se cumpla y por tanto el periodo de barbarie estimado de 1.000 años se extienda mucho más en el tiempo de lo deseable.
Así pues Fundación se dedica a contarnos las vicisitudes de distintas generaciones de miembros de la colonia que participaron de una forma u otra en alguna de las crisis que acaecieron sobre la misma en el camino hacia la restauración del orden y el conocimiento. Son lógicas algunas etapas comunes en el desarrollo de cualquier sociedad emergente, como el enfrentamiento con amenazantes vecinos por la supervivencia, el desarrollo tecnológico, el poder de la religión, la lucha de clases por la supremacía y la expansión económica y cultural.
Con los siguientes dos volúmenes de la Trilogía, “Fundación e Imperio” y “Segunda Fundación”, cuyos títulos dan algunas pistas sobre lo que puede encontrar el lector, se completa esta historia de ciencia ficción tan seria como asequible para cualquier lector que se precie. Asimov utiliza referencias científicas, sociológicas y políticas a menudo, pero sin sermonear ni alejarse del objetivo principal, que es entretener con una historia. Su estilo es también cercano y nada sobrecargado, sin fingidas pretensiones literarias que restarían naturalidad a un relato de esta clase. Lo más importante es en todo momento seguir el devenir de la Fundación y comprobar si el plan de Hari Seldon está siendo llevado a buen término por los fieles miembros de la colonia siguiendo las predicciones de la poderosa Psicohistoria
Nota: La “Trilogía Fundación” conforma solo una parte dentro de la saga completa de “Fundación” que está integrada por otros volúmenes que versan sobre acontecimientos anteriores y posteriores de la trilogía comentada en este artículo. Sin embargo, la “Trilogía Fundación” (formada por “Fundación”, “Fundación e Imperio” y “Segunda Fundación”, como ya hemos mencionado) es la parte más conocida y difundida de esta saga y puede ser leída como obra independiente.