Digamos que trabajas escribiendo para un medio y te han pedido que redactes una reseña sobre una película que resultó ser la mejor que has visto en tu vida. En ese momento estás desesperado por contar todo lo necesario para motivar a tus lectores a no perderse de esa maravilla de obra, pero quedaste tan embelesado que no sabes exactamente por dónde empezar o terminar, o simplemente no sabes qué decir y que no.
Para que no pases horas frente al ordenador tratando de arrancar sin conseguir un párrafo decente, y el proceso de realización no se convierta en una especie de tortura, te daremos las claves para que seas más ágil en la escritura de reseñas:
Inicia con el tema central de la obra
Lo ideal es comenzar narrando el eje principal de la historia para conseguir que los lectores se queden enganchados con la obra y queden motivados para leer el resto de la nota. A partir de allí, puedes pasar a desglosar el resto de la trama para que tu público siga el hilo de la historia y para que conozca algunos de los personajes que se presentan en ella.
Como es un reseña, es importante tener presente que no hay que contar al pie de la letra lo que ocurre en el material que se está valorando, pues el objetivo es darle razones al público para ver o no la pieza, según tu apreciación, ya que no se trata de un resumen de la misma. En este mismo sentido, es también fundamental no presentar desenlaces o actos que den indicios de un posible final, pues nadie quiere invertir tiempo y dinero en un libro cuando ya conoce todo lo que va a suceder en él.
Haz una guía de los puntos que quieres abordar
A todos nos ha pasado alguna vez -sobre todo cuando estamos iniciándonos en el tema de la escritura- que tenemos tantas ideas en la cabeza que al final no sabemos cómo disponer de ellas. Todo buen escritor tiene que saber ordenar sus ideas, pero si todavía no aparece ese apuntador mágico en tu cabeza, no temas, todo el mundo tiene derecho a crear sus propios métodos de organización. La recomendación, mientras creas el tuyo, es que lleves por escrito los temas que quieres desarrollar.
Lo mejor sería que esta lista de tópicos estuviera en el orden en que quieres sacar a relucir esas ideas, para que al momento de escribir la reseña puedas optimizar el tiempo que te toma redactar.
Dedica un párrafo a cada aspecto importante que quieras resaltar
Un aspecto a tomar en cuenta cuando elaboramos textos que tienen mucho componente informativo, es que debemos tratar a la medida de lo posible de hacerlo en párrafos cortos, de aproximadamente seis líneas como máximo. Si construimos bloques de texto demasiado largos, es muy probable que los lectores se aburran o se dejen abrumar por el choque visual que genera ver líneas y líneas continuas sin un respiro.
Para lograr esto, una buena regla es tratar de colocar cada idea en un párrafo, y de esta forma ayudaremos a nuestro público a no perderse en una lectura muy enredada, donde nos tome demasiado espacio explicar un detalle de la pieza.
Plantea preguntas que luego tengas que responder en el texto
Llegado a este punto, seguramente ya conoces todas las técnicas que necesitas para hacer una buena reseña, sin embargo, una cosa es la teoría y otra la práctica. Es el momento de escribir y seguramente te estás preguntando ¿qué escribo? Y no es para menos, pues más allá de que quieras pulir ciertos detalles de la escritura y lograr mayor fluidez en el proceso, al lector lo que realmente le importa es qué le estás diciendo y cómo se lo estás diciendo.
¿Pero cómo plasmar lo que el público quiere leer? Es más sencillo de lo que parece: hay que ponerse en el lugar de ellos y preguntar sobre todos los pormenores que te gustaría conocer de una película antes de ir a verla o de un libro antes de salir comprarlo. ¿Cuál es el tema principal?, ¿quiénes están en el reparto? o ¿qué dicen los críticos?, son algunos de los planteamientos que hay que hacerse.
Dale importancia a los datos complementarios
Una reseña contiene más que relatos de la obra que se está analizando, es una nota con un gran contenido informativo que debe ofrecerle a los futuros espectadores. Cualquier dato relevante que lo ayude a contextualizar esa producción, directa o indirectamente también le servirán para evaluar si la misma es de su gusto.
Información como quién es el director, escritor o compositor de la producción, en qué año fue editada, quién compuso la banda sonora o a cuántos idiomas se ha traducido son puntos que deben ser mencionados y que los lectores agradecerán. Por ejemplo, a las personas que prefieren la poesía por encima de las novelas, les gustará más saber de qué va un libro de Pablo Neruda que leer sobre uno de García Márquez, y en eso radica la importancia de mencionar ciertos aspectos de las obras que se salen de historia que cuentan.
Usa un lenguaje sencillo
A veces creemos que por usar un lenguaje más especializado, rozando casi lo científico, quedamos mejor parados y damos la sensación de ser una autoridad en el tema que estamos desarrollando. Pero lo cierto es que el efecto de usar palabras impresionantes en la escritura puede terminar por complicar demasiado el texto, hacer que al público se le ponga muy pesado, hasta el punto de dejar de leer.
Siempre hay que pensar en los lectores, y es muy probable que muchos de ellos no sean exactamente unos críticos de cine o unos “come libros”. La regla es suponer que ellos no son especialistas en el tema y se les debe hablar de forma que la mayoría lo entienda.